En las diferentes
etapas por las que atraviesa una persona, la distracción es una actividad
placentera. Esta permite salir de la rutina y disfrutar de momentos gratos solo
o acompañado, distraerse es una forma de cambiar de actividad para relajarse y
poder realizar algo distinto de lo usual. El propósito es liberar tensiones
para que nuestro sistema nervioso no resulte afectado, por lo que se debe
identificar aquellas acciones que son de nuestra preferencia y que pudieran
influir al momento de pretender divertirnos.
Puede resultar determinante al momento de optar por un
poco de distracción lo económico, social, cultural y hasta lo intelectual, ya
que esto es relativo, porque lo que para uno es divertido puede que para otro
no lo sea tanto, razón por lo que existe diversas maneras de conseguirlo. Lo
social, económico, cultural e intelectual son aspectos determinantes al momento
de decidirse por una diversión, aunque sin importar la situación socioeconómica
que le corresponda al sujeto, su práctica puede demorar las dolencias propias
de la edad como la depresión, los dolores reumáticos, la circulación, entre
muchos otros.
La diversión en la tercera edad puede ser un estilo de
vida que sirva como actividad física que fortalezca aquellos órganos que con el
paso del tiempo van perdiendo la fortaleza. De igual modo, puede ser una acción
de la cotidianidad que motive a romper con la monotonía que traen los años. Nelson
Mandela citado por Jiménez Oviedo, Yeimi; Núñez, Miriam; Coto Vega, Edwin
(2011) sostiene que, por sus características biológicas, el anciano es más apto
para la actividad física aeróbica, de iniciación gradual, dinámica y bajo un
especial control médico. Esto para quienes prefieren divertirse practicando
algún deporte. La persona puede comenzar una o dos veces por semana y poco a poco
ir incrementado la práctica. Lo importante es cambiar la costumbre, pero a un
esparcimiento que se disfrutado por la persona, esto no tiene que significar
grandes sacrificios económicos, puede ser adecuado a los recursos de que
dispone el individuo, para que esto no vaya a provocar preocupación.
Quienes incorporan las actividades recreativas como
parte de su cotidianidad mantienen excelentes relaciones interpersonales,
enfermedades que suelen aparecer a cierta edad se demoran o si han surgido se
manifiestan de forma más ligera, su estado anímico es óptimo a su edad. Y es
que las emociones siempre afloran por diversas circunstancias en los seres
humanos y más aún en la vejez, pero si se realiza alguna actividad se podría
ignorar las dolencias que son propias de etapa que se vive
Una alternativa seria organizar una lista de
actividades que necesariamente no tienen que ser físicas, sino que resulten
entretenida para quienes las realizarán como forman un club virtual de
ciberamigos que compartan los mismos intereses. Los espacios virtuales pueden
ser una alternativa para aquellos que padecen alguna dificultad en las
extremidades inferiores, pero que aún conservan en buen estado su raciocinio
cognitivo. Entendiéndose por esto según Merejo “que es un sistema cibernético
complejo en donde lo digital se edifica en el conocimiento así, como en la
cognición” (2015, p.11). En ese orden, existen ciberpáginas para los diversos
gustos, para quienes prefieren el ajedrez, las cartas, las lecturas virtuales,
audiolibros, tutoriales de cocina, manualidades, belleza, entre otras. Las
actividades socioculturales se organizan con el propósito de satisfacer las
necesidades individuales de las personas que ya están cesante de sus puestos
laborales.
En otro sentido, en países desarrollados se estila
planear la etapa de retiro de estas personas que han aportado sus años
productivos al sistema laboral del país que pertenecen, por lo que merecen una
vejez digna. Suelen organizar diversas actividades como, por ejemplo, kermes
donde se comparten platos típicos por región, competencias de dominó, de juego
de cartas, bingo, tertulias literarias para aquellos intelectuales o amantes de
la lectura, concursos de baile, de canto, entre otras. También, organizan sesiones
de bailoterapia de acuerdo a los gustos de los interesados, caminatas por
categoría, coordinan cátedras donde se involucran aquellos que cuenten con las
competencias para ofrecer conferencias de calidad. Se involucran en proyectos de lecturas de cuentos
para niños de nivel inicial en centros públicos y privados, el caso es
mantenerse ocupados para no sentir que ya no son útiles.
Las actividades anteriormente son idóneas en un
sistema donde en las instituciones gubernamentales prime el orden económico y
los funcionarios no lleguen a lucrarse con el dinero del pueblo. Donde la
seguridad social cumpla con lo establecido en la constitución para los
envejecientes. No en un país como el nuestro, en vía de desarrollo, donde es
responsabilidad del individuo planear su retiro, esto si el salario devengado
lo permite. La realidad socioeconómica impide que el adulto mayor disfrute de
una calidad de vida a que tiene derecho como ser ciudadano que colaboró con el
pago de impuestos en el país que perteneció, porque el hecho de quedar cesante
no significa que debe inmovilizarse hasta que terminen sus días. Lo correcto es
que adecuar las actividades a su nuevo estilo de vida, porque llevar una vida
social es importante y más aun para aquellos que están cesante de sus puestos
laborales. En esta nueva etapa debe tomar en cuenta los recursos económicos que
le ingresarán, su estado físico y emocional para esto no sea un detonante que
eleve el nivel de estrés.
El sistema de salud de países en vía de desarrollo
deberá adecuar su política pública de tal forma que asuma medidas que
beneficien a la población envejeciente carente de recursos económicos para
cubrir los gastos de medicamentos genéricos obligatorios. Puesto que según la Organización Mundial de la
Salud entre
2000 y 2050, la proporción de los habitantes del planeta mayores de 60 años se
duplicará, pasando del 11% al 22%. En números absolutos, este grupo de edad
pasará de 605 millones a 2000 millones en el transcurso de medio siglo. Lo
significa que de no tomar las decisiones pertinentes nuestra población
envejeciente carente de los recursos económicos, tendrá que continuar viviendo
de la caridad publica, pidiendo en los semáforos y centros comerciales donde le
permitan la entrada. En ese sentido, Porque el cambio demográfico será más
intenso en los países de ingresos bajos y medianos, es el caso de Francia que
tuvieron que transcurrir 100 años para que el grupo de habitantes de 65 años o
más se duplicara de un 7% a un 14%, todo lo contrario, en países como el Brasil
y China esa duplicación ocurriría en menos de 25 años (Ibid).
Los parámetros para construir un proyecto de actividades
recreativas en adultos mayores para la socialización deben ser aquellos países
donde esa etapa es vista con respeto a la dignidad humana, de quienes dedicaron
sus mejores años a servir de una manera productiva. Pero que al llegar el
momento de cesantía permanente no tiene por qué sentarse a esperar que llegue
su partida definitiva. Perfectamente puede integrar actividades de
esparcimiento donde se le ofrezca la oportunidad de realizar otra labor que antes
la responsabilidad laboral le impedía. Observar aquellos detalles de cosas que
siempre estuvieron ahí, pero que la prisa de la rutina era una barrera que
impedía detenerse. Asistir a los encuentros con aquellos hermanos por decisión,
disfrutar de buenos momentos con los nietos, crear ese contexto de complicidad
entre abuelo y nietos, tratar de construir esa línea teórica de filosofía que
inventan una franja de abuelos para que le sirva de guía en la madurez a sus
descendientes. La diversión no tiene que
relacionarse necesariamente con fiestas y bebidas puede ser todo aquello que te
produzca bienestar, sin signifique violar tus principios éticos porque como
afirmó Hostos (1968, p.246)
que la civilización inmoral altera el
orden o continúa el desorden en las horas del reposo y la más adelantada ha de
ser la más moral está ingeniado el pasatiempo con propósito de bien para evitar
el mal de que la ociosidad es consejera. La civilización moral ha de llevar el
orden al descanso del trabajo, mientras la inmoral altera el orden o continúa
el desorden en las horas del reposo y del solaz.
Es que el esparcimiento debe ir acorde con los valores
que hemos practicado durante nuestro tiempo productivo y de los que estamos
plenamente convencidos son los más apropiados para convivir en nuestro
contexto.
Finalmente, para que la distracción contribuya a
aliviar las dolencias en adultos mayores debe el sujeto en la medida de lo
posibilidades planear que hará en el tiempo que cese su tiempo laboral para no
darle cabida a huéspedes que terminan con su paz interior y le impiden
disfrutar de aquellos detalles que antes pasaron desapercibidos. Enrolarse en
distracciones en las que se identifique sin violar la norma moral con la que
comulga. El estado físico no debe ser una limitante, ya que existen múltiples
actividades de esparcimiento para aquellas personas que presenten discapacidad.
El hecho de no desempeñar un puesto laboral no significa que termine su
relación con el ambiente geográfico que le corresponde hasta que finalicen sus
días. Por otro lado, se debe disponer de pequeños ahorros durante su vida por
si el gobierno no contempla en su política gubernamental esta etapa en la
población de su país. El entretenimiento como diversión es algo a lo que el individuo
tiene derecho después de haber llevado una vida productiva, de esta manera continuará disfrutando del tiempo que le reste de vida sin deprimirse por la etapa que vive ni perder la dignidad como ser humano.
Referencia bibliográfica
Web grafía
http://noticias.universia.com.ar/educacion/noticia/2016/08/04/1142402/ideas-educacion-virtual-coleccion-libros-gratuitos-descargar-universidad-quilmes.html
http://www.salud180.com/adultos-mayores/clubes-de-la-tercera-edad-para-aprender-y-divertirse
Libros
Merejo, Andrés (2007) “Conversaciones en el lago” Narraciones filosóficas. República
Dominicana. Imprenta la escalera.
Hostos,
Eugenio (1968) “Moral Social” Colección
pasatiempo dominicano. Santo Domingo.