
La mujer siempre ha sido una innovadora en todos los tiempos. Lo que le ha permitido eliminar las barreras que le impedían descollar en áreas exclusivas para hombres. Por lo que tuvo que camuflagear su identidad para que sus trabajos literarios pudieran ser conocidos en una sociedad gobernada por hombres que se negaban reconocer la capacidad del sexo opuesto.
Sin embargo, a pesar de la premura de los quehaceres del hogar, del trabajo, del estrés que ocasiona la cotidianidad, la mujer poco a poco fue ocupando el espacio intelectual que le correspondía en su comunidad.